lunes, 17 de octubre de 2016

Libros que marcaron mi infancia- parte 1

¡Buenos días queridos lectores! Si la semana pasada empecé mis andanzas por el mundo blogger-literario con un clásico del XIX ("orgullo y prejuicio), hoy voy a hablar de un tema radicalmente diferente que viene rondando por mi cabeza mucho tiempo y que no dudé en ponerlo por aquí cuando tuviera el blog.
Como bloguera lectora me gusta encontrar blogs que compartan libros con temática variable (miedo, romanticismo, aventura) y para todo tipo de públicos (adultos, jóvenes, niños), ya que, ¿quien no tiene un niño ya sea primo o hijo de amigos con el que agotamos las posibles ideas para regalar?¿y que mejor regalo que un libro? O incluso hay gente que pasa dulces momentos leyendo libros de la infancia. Lo confieso, soy una de ellas jiji.
Por  eso hoy empezaré la serie "libros que marcaron mi infancia".
- la serie de cuentos  recomendada para niños de 3 a 6 años "Olivia" de Elvira Lindo y Emilio González Urberuaga, de la editorial SM. Yo solo me leí tres de esta serie: Olivia no sabe perder, la abuela de Olivia se ha perdido, Olivia y el fantasma y Olivia tiene cosas que hacer.
Los cuatro son maravillosos, es encantador el personaje de Olivia. Es una niña muy cabezota y marisabidilla pero con un gran corazón y sentido de la responsabilidad.




Especialmente me gustó Olivia y el fantasma: una noche Olivia no se puede dormir, esta convencida de que en su habitación hay un fantasma. Entonces llama a su padre desconsolada. El padre, después de varios ruegos va y le dice que no se preocupe, que tenga un fantasma no es un ningún problema, es más, puede llegar a convertirse en su amiga. Él mismo tuvo un amigo fantasma.

Olivia, atónita le pregunta que como puede ser eso posible, cada vez que oye hablar a su padre de su infancia le imagina pequeño y con bigote pues no puede creer que su padre en otro tiempo fue niño. (En esta parte me identificaba con Olivia porque yo tampoco contemplaba entre mis posibilidades que mi padre "tan alto" hubiera sido un niño sin barba XD)
Su padre le cuenta que el fantasma de su infancia le aterrorizaba pero un día decidió que le iba a poner comida dentro del armario para que no pasara hambre. Todas las mañanas siguientes la comida había desaparecido. 
Olivia ya está tranquila y se va durmiendo, por eso no ha oído que era en realidad su abuelo el que se comía la comida que su padre dejaba en el armario.
Lo bonito de estos cuentos es que siempre te dejan un buen sabor de boca y desprenden una moraleja.
 Bonita semana!
Talía Sunshine.


No hay comentarios:

Publicar un comentario